La denominada «folla» o «folla real» es uno de los espectáculos más desconocidos del teatro español. Se tiene noticia de su existencia ya en el siglo XVII, como un entretenimiento que reunía entremeses y bailes, y que se ofrecía ante los monarcas en espacios como el Real Alcázar o el Buen Retiro. En la centuria posterior pasó a representarse en los teatros del Príncipe y de la Cruz de Madrid, con gran éxito a juzgar por las recaudaciones. Algunas de estas follas llevan la firma de los literatos y compositores más insignes del momento, entre los que cabe destacar a dramaturgos como José de Cañizares, Antonio de Zamora, Manuel Guerrero, Nicolás González Martínez o Ramón de la Cruz; y músicos de la talla de José de San Juan, José de Nebra, Blas de Laserna o Pablo Esteve. El principal atractivo de la folla era, sin duda, su extraordinaria variedad: reunía en una misma función, o dentro de una misma obra, todo tipo de piezas breves de teatro declamado, música y baile. Su estudio nos ofrece un escaparate de la asombrosa diversidad que dominaba los escenarios españoles durante el siglo XVIII.