En la obra fotográfica de Tarkovski se despliega una experiencia muy próxima a la de su universo cinematográfico. Experiencia de privación o borrado, como un asalto regresivo y paulatino de lo informe donde confluyen la experiencia interior y la percepción espacial. Ello permite, en definitiva, la revelación melancólica de un mundo cuyo sentido último no es otro que la ausencia. Muchas fotografías se publican por primera vez. Realizado en coedición con la Fundación Luis Seoane de La Coruña. |