La crisis financiera actual surgió en EE.UU. por culpa de la enorme expansión de los préstamos hipotecarios, que se concedieron incluso a las capas más pobres de la clase trabajadora. Las instituciones financieras se beneficiaron sobre todo comerciando con deuda, más que mediante el interés de sus préstamos. Estos hechos arrojan luz sobre la esencial financiarización del capitalismo contemporáneo, cuya importancia creciente exacerba al mismo tiempo la inestabilidad de todo el sistema.